Perfeccionista por naturaleza, mis inicios en el mundo del arte se centraron en aprender a replicar con exactitud lo que podemos capturar con la mirada. Obsesionada con mejorar mi técnica asistí a clases y cursos con diversos profesores para conseguir, a través de distintos medios, acerarme a la realidad.

Por azares del destino en Inglaterra conocí al maestro O’Connor. Él transformó mi forma de entender el arte. Me enseñó a experimentar, a imaginar, a amar lo abstracto y a romper los límites. Me incitaba a dibujar la perfección para seguidamente obligarme a destruirla, rompiendo con ello la satisfacción que me generaba simplemente el hecho de haber creado algo bello. Aprendí que la belleza está en disfrutar del momento de creación y los pequeños placeres del camino sin pensar en el resultado.

Tras esos dos años al lado de O’Connor nació “Rox” y con ello mi primera exposición “Evolution”, el resultado de una experimentación y búsqueda de expresión personal. En la Academia de Arte de Munich (Akademie der Bildenen Künste) seguí descubriendo el mundo de la pintura abstracta y desde entonces continuo experimentando con el arte a través de distintas fuentes y perspectivas.

Antes de plasmar mi obra, pinto en mi imaginación, intentando encontrar una forma de representar lo que no sé decir con palabras. En mis cuadros cada línea representa un mensaje y un movimiento. Utilizo enérgicas pinceladas que contrastan con colores tan vivos como el rojo y el negro para generar una corriente de energía. Me fascina que las imperfecciones y lo impredecible pueda llegar a ser lo más interesante.

Muchos de los detalles de mis obras surgen de alguna torpeza, convirtiéndolas en piezas únicas y libres, dónde el resultado final siempre es una sorpresa. Me fascina la idea de que los errores y lo impredecible puedan llegar a ser lo más interesante de una obra. Me apasionan las diferentes texturas que se pueden conseguir con un mismo material, experimentar y adentrarme en ese mundo en el que todo está permitido.

Cuando pinto sale a relucir una parte de mí reflexiva y tranquila, olvidada en otros ámbitos de mi vida. Dejo de lado lo racional y me dejo llevar por la sintonía de mis manos.

Mi estudio se ha convertido en mi rincón escondido en el que no existe lo imposible. Un lugar dónde no hay un timbre para recibir visitas, dónde las agujas del reloj se pararon hace tiempo, dónde los libros son mi ventana al mundo y dónde las canciones de Jack Johnson, Randy Crawford y Tracy Chapman suenan de fondo hasta últimas horas de la noche.

No existen las reglas ni hay expectativas de lo que debería ser. Mis obras reflejan una creatividad auténtica, sin filtro. Muestran mensajes positivos e inspiradores que se ocultan tras líneas, texturas y formas. Hay días que quiero contar la historia detrás de cada marca o pincelada y hay otros en los que disfruto de la soledad de mis pensamientos y dejo que mis manos guíen el movimiento del pincel. La experiencia de pintar me resulta mágica.

Para mostrar mi obra, organizo exposiciones individuales y colectivas en el ámbito nacional e internacional desde hace más de diez años.

Podría incluir en estas líneas los detalles de mi trayectoria artística, mi formación o mis logros pero os dejo con mi obra que es lo más valioso que tengo. Si queréis saber más no dudéis en contactarme.